Las pequeñas demostraciones de celos parecen gustar a casi todo el mundo, pues indican una atención de nuestra pareja, siempre y cuando se limiten a ser expresados como alabanzas o recriminaciones que rayan en la cortesía. Más allá de ese punto son desagradables y atentan contra la libertad individual. Cuando la persona celosa no puede controlarse , y sus dudas le llevan a agredir o amenazar a su pareja , debe ponerse en manos de un especialista.
Algunas personas son tremendamente celosas mientras que otras parecen desconocer ese sentimiento en el que influyen múltiples factores. En primer lugar depende de cada relación, del objeto amado, de la importancia que se dé a lo que piensen los demás. Por regla general , el egocentrismo, el narcisismo, la inseguridad, la desconfianza y el histerismo son rasgos de la personalidad que inducen a ser celosos.